MI EXPERIENCIA ESPIRITUAL
Mi
primera experiencia espiritual, fue en mi bautizo, al salir del agua sentí el
amor y la presencia de Dios en mí, sentí que perdonó mis pecados y que estaba conmigo,
me devolvió la esperanza y me hizo sentir que no estaba sola. Sin embargo, por
no haber sido constante en mi acercamiento a la iglesia y a los miembros
cristianos, me distancié espiritualmente. Con el pase de los años, por todas
las obligaciones de la vida pero, especialmente por mi mala disposición y miedo
a involucrarme demasiado en la iglesia, pese a que trataba de hacer oración
diariamente me sentía lejos de Dios y no tan conectada.
Experimente
luego muchas dificultades y cambios radicales en mi vida; fueron sucesos muy
difíciles y duros de aceptar, tolerar y perdonar. Pensé que sería poco probable
poder seguir con el mismo ánimo y perdí de cierta manera la esperanza y la
energía de vivir.
Sabía
que necesitaba trabajar en mis emociones para poder seguir adelante y sabia
también que tenía que optimizar mi salud espiritual y pese a que decía que iba
a acercarme más a Dios, que iba a ir a la iglesia y que me iba a esforzar por
reconectarme emocionalmente no sabía cómo hacerlo y como continuar. Pero sabía
que tenía que hacerlo y debía hacerlo, especialmente por mis bebés.
En
la transición de esta etapa, tuve la oportunidad de conocer a la Sra. Diana M.
con quien entablamos una amistad y a quien le comenté las dificultades que
estuve pasando, y gracias a ella fui invitada a tener la gran experiencia de
poder ir a la hacienda después de haber vivido las sesiones de 4 y 5to paso.
Llegar
a vivir esa experiencia fue algo inexplicable e increíble, se experimentan múltiples
emociones, alivian los pesares, sufrimientos y dolores; la carga que te
abrumaba desaparece, te sientes liviano y ligero nuevamente. Aceptas que
dependes de un poder superior, te rindes, entiendes que se preocupa por ti, te
ama, estará siempre contigo y te perdona. Si uno mismo no vive la experiencia
no la puede creer o entender.
El
encontrarse con uno mismo, con el lado negativo y la imagen que no muestras a
nadie más y el entendimiento de quien fuiste y quien quieres ser a partir de
ahora y pedir ayuda es un acto grande, heroico y de salvación.
Ya
cerca a finalizar toda la experiencia, pude tener una manifestación, tuve la
aparición del rostro de Jesucristo sin rasgos faciales solo el contorno y
cabello, vi claramente como en el fondo blanco apareció lentamente como si se
proyectara la imagen de izquierda a derecha, empezó a formarse lentamente y era
al inicio intermitente. Luego, abrí y cerré los ojos por la incredulidad de mi
razón y pensando que estoy viendo alguna proyección o fue una ilusión mental
que seguro ya va a desaparecer. Sin embargo, pese a que volví a cerrar y abrir
los ojos varias veces, continúo viendo la imagen del rostro de Jesucristo y
estaba ahí frente a mi sin ninguna explicación racional que pueda sustentarla.
En
ese momento, sentí miedo y asombro, ya que, no podía creer que una experiencia
de esa magnitud pueda estar pasándome a mí, no podía creer que yo estaba
teniendo la aparición de un ser divino frente a mí; pensaba que ese tipo de
cosas sólo le pasaba a la gente de las historias de la biblia o a gente que era
muy creyente y buena. Pero, finalmente al no poder hacer otra cosa más que
seguir viendo esta aparición, me dijeron que: si veo algo “lo contemple y
guarde en mi corazón y lo recuerde en el futuro cuando me sienta en tribulación”.
Escribo
este texto para no olvidar los detalles de ese día, para no olvidar el amor de Dios
y como se mostró a mí, como mediante esa manifestación me hizo entender que
estaba conmigo pese a las dificultades que pueda atravesar y como me devolvió
la esperanza, fe y como me alivió el dolor y el resentimiento que cargaba. También,
esa aparición me hizo recordar que “Todo y todos te pueden fallar, menos Dios; así
que necesitamos confiar en él”.
Ahora
puedo corroborar que: "Una cosa es conocer o saber de Dios y otra es tener
una experiencia con Dios".
Ahora
sé que quiero estar cerca de él, que quiero que a mi familia la cuide él y creo
que acercarme, buscarlo, tratar de aprender y ser cercano a gente espiritual me
ayudará a no olvidar los hermosos sentimientos de paz y tranquilidad que te da
su presencia.
Oí
que Dios no quiere tibios, que o lo sigues y actúas bien o no lo sigues. Después
de todo lo acontecido en mi vida y después de esta gran experiencia estoy
segura que quiero estar con él y seguirlo. Dios nos ama incondicionalmente y
está esperándonos.
CBGR
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