APRENDIZAJE DEL LIBRO "EL TERCER OJO"

 

 

De M. Lobsang Rampa

 

Quisiera compartir las enseñanzas que para mí tuvieron más relevancia cuando leí éste libro, que fue hace ya casi 14 años. Me pareció muy bueno e interesante en todos los aspectos: narra la historia de un monje tibetano y todas las vicisitudes acontecidas durante su formación espiritual, también de cultura oriental, tradición, sabiduría, meditación, desarrollo espiritual y plenitud para la vida.
  
 

Todos podemos meditar y vencer las limitaciones que nos impone la carne.
El cuerpo no es más que una cáscara o un caparazón animado por la presencia de cada cual. Los pensamientos son ondas de energía, la materia no es más que energía condensada.
 

En el Tíbet, no se considera a los condenados como seres despreciables, ya que, comprendemos que la mayoría de nosotros podríamos ser condenados si se nos descubriera nuestros delitos. Así que, tratamos razonablemente a quienes han sido menos afortunados.
 

Los tibetanos nunca piden misericordia ni favores, sólo que el hombre los trate con justicia.
 
Siguen éstas leyes: 1) Dar en todas las cosas una medida justa. 2) Estudiar todo lo humanamente posible. 3) Ser moderado en palabras y actos para no dañar a otros. 4) Soportar el sufrimiento y la desgracia con paciencia y humildad.
                            

Todos los hombres deben escribir libremente su camino, y le digas lo que le digas lo ha de seguir.
 
Nadie puede influir en la vida del otro y que cualquiera que pierda su oportunidad en este mundo, la puede recuperar en su próxima reencarnación.

  
Que el hombre poderoso se muestre generoso con el suplicante, porque las riquezas giran como las ruedas del carro, unas veces van a unos y otras a otros.
 
El mendigo de hoy, puede ser el príncipe de mañana. Y el príncipe de hoy puede reencarnar en un mendigo.
 
El hombre fuerte puede permitirse el lujo de ser amable; mientras que, el dócil e inseguro tiene que fanfarronearse para darse un poco de seguridad.
 

Morir no es más que nacer en otro plano de existencia, el espíritu del hombre es eterno,
el cuerpo es sólo la vestidura superficial que cubre al espíritu; y es elegido de acuerdo a: la tarea que le corresponda a cada persona.
 
La apariencia externa carece por completo de importancia, lo que importa es el alma. Después de la reencarnación, la memoria de los que no están preparados suele deformarse, y a ello se debe el aspecto ilógico y disparatado de los sueños y las pesadillas.
 

La vida es ardua, amarga y las lecciones que nos enseña al principio parecen carecer de sentido. Es como si la vida se propusiera fastidiarnos especialmente a nosotros. Pero, cuando salimos de esta vida llevamos con gran orgullo el distintivo por los padecimientos sufridos.





 

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